Escucha a tu cuerpo, aprende a descifrar sus señales y recupera tu estado de equilibrio
Nuestra salud está en nuestras manos, el “médico del futuro”, existe dentro de cada uno de nosotros, aquel que nos permite encontrar la sanación, promover el auto cuidado y responsabilidad de nuestra salud. Escuchar tus necesidades físicas y emocionales es el primer paso para tomar acción hacia hábitos que te permitan alcanzar una óptima salud, peso adecuado y disfrutar de una vida plena.
En palabras del sabio griego y padre de la medicina, Hipócrates, “la fuerza natural dentro de cada uno de nosotros es el mayor sanador de todos. Las enfermedades no nos llegan de la nada. Se desarrollan a partir de pequeños pecados diarios contra la naturaleza. Cuando se hayan acumulado suficientes pecados, las enfermedades aparecerán de repente”.
Para que nuestro cuerpo pueda adelgazar necesita regresar a su estado de equilibrio, para recuperarse y alcanzar su funcionamiento regular, solo de esta forma podrá alcanzar su peso ideal. Es decir, que cuando hablamos de perder peso, estamos hablando en realidad de un “proceso de recuperación permanente del cuerpo”.
Nuestro organismo es sabio y nos envía señales, síntomas para alertarnos que algo no anda bien. El más común es la inflamación, dolores, hinchazón, irritabilidad y falta de claridad mental; en muchos casos, causados por una alimentación inadecuada, pero también por nuestro comportamiento, falta de descanso y otros factores que impactan en nuestro organismo. El cúmulo de estos factores influyen y alteran los receptores de nuestras células, deteriorándolas.
Debemos aprender a leer y descifrar el lenguaje sutil de nuestro cuerpo. Los síntomas más comunes de inflamación, son: resequedad en cabello y ojos, aletargamiento, dificultad para pensar, irritabilidad, inflamación abdominal entre otros. De hecho todos los problemas de salud están ligados a un desbalance corporal. Sin importar el caso, ayudo a las personas a aprender a “escuchar estas señales” enfocándonos y tomando acción en la causa del problema, en cuanto su alimentación y hábitos, para apoyarlos a obtener los resultados que desean.
Solo cuando escuchamos y comprendemos estas alertas, podemos tomar acción para ayudar a nuestro cuerpo a recobrar la salud, apoyando en primer lugar a que nuestros filtros puedan funcionar mejor. Ayudando al buen funcionamiento de nuestro hígado y riñones, que nos protegen, pero que cuando se recargan de mucho trabajo entran en estado de “emergencia” y dan paso al modo “almacenamiento”, en el que se guardan todas las grasas y toxinas.
Es importante recordar que no existen recetas mágicas, ni una dieta absoluta para todos, pues somos seres diferentes, por eso debemos aprender a escuchar a nuestro cuerpo y generar hábitos que nos ayuden a obtener resultados sostenibles en el tiempo.